PANCHO PISTOLAS
(Teno Urbano)
Desde
la década del 40’
en el siglo pasado, Teno pudo jactarse
de tener el mejor teatro nunca antes visto. A pesar que don Felipe Jacob había
tenido antes otro teatro en el pueblo, el que ahora había edificado, era lo
máximo para la época. Una enorme arca de madera de media cuadra en calle
Ortúzar, que se repletaba en cada función.
Los
mayores éxitos, como ha sucedido en la gran cantidad de pueblos agrícolas en el
valle central de Chile, eran las películas mexicanas de charros y pistolones,
en donde actuaban los Hermanos Aguilar, Miguel Aceves Mejías y tantos otros
charros que llamaban poderosamente la atención.
Se
produjo desde esa década una proliferación importante del folclore mexicano en
Chile. En todas partes se cantaban rancheras y se bailaban corridos, aún en las
fiestas más insignificantes.
Pero,
lo que nos interesa conocer es que para un Dieciocho de la década del 60’ , se vio por primera vez en
Teno a un personaje folclórico que llamó la atención. Era este un tipo de
mediana estatura, caucásico, de unos cuarenta años, el que vestido de charro y
con grandes pistolas de fogueo, charreaba en las calles teninas y cantaba en
los restauranes que tuvieran wurtlitzer.
Con
sus pantalones negros, ajustados y llenos de botones desde la cadera hasta los
tobillos, chaqueta oscura ajustada y con su gran sombrerote, Pancho Pistolas
hacía de las suyas en Teno y estaba en su ley. A disparos de fogueo, lograba
llamar la atención de medio mundo, en medio de gritos charros de ánimos. Era,
al decir de algunos que lo conocieron, bastante desabrido para cantar. Pero, al
verlo en directo actuando como un charro, algo que hasta esa época sólo se veía
en las películas, era de lo más atractivo y novedoso.
Pancho
Pistolas se quedó a vivir en Teno y logró residir un tiempo en cada restaurant,
los que lograban acogerlo más por la clientela que lograba atraer, que por los
corridos que intentara cantar. Se dice que era de Santiago y que su mujer lo
había mandado a cambiar por su afición por la charrería, la que él llevaba en
el alma y en donde, según afirmaba, había nacido charro. Que por esas cosas
raras de la vida, habían equivocado sus padres su país de destino.
Con
la llegada de los militares al poder en 1973, desapareció misteriosamente un día
Pancho Pistolas de Teno. Se acabó la vida nocturna tenina, pues el toque de
queda militar no permitió excesos de ningún tipo.
Cuentan
en los restauranes más antiguos de Teno, de La Montaña y de Comalle, en
donde le vieron actuar a veces, que Pancho Pistolas murió asesinado por los
militares, cuando en una noche de juerga no obedeció el alto, ni se deshizo de
sus pistolotes. Tres balas de fusiles se lo llevaron de este mundo de cuates, a
quizás cual, noticia que nadie informó, señalan algunos.
En
el polvoriento y largo camino al cementerio parroquial y a antigua hacienda La Aurora , se dice que
encontraron su sombrero de charro en lo alto de un eucaliptus, manchado con
sangre. Desde entonces, alegan algunos que Pancho Pistolas ronda por el camino
de La Aurora
en las noches, a ver si alguien puede devolverle su sombrero mexicano.